Presenciar el momento exacto en que con extrema elegancia y
casi sin pretenderlo se deja caer y RECORDAR.
Ya no las coges al vuelo.
Ya no las cojo.
y si lo haces, las tomas del suelo y las condenas a esos libros:
hoja tras hoja-piensas- para que quizás, con el tiempo y con sed, se lleguen a romper en esos trozos que siempre, dicen, precedieron al olvido.